UTOPÍA. DICIEMBRE 2010. NÚMERO XIV

EDITORIAL DICIEMBREEl pasado veinte de noviembre se cumplían 35 años de la muerte del caudillo. Como viene siendo habitual desde entonces aquellos nostálgicos del franquismo se reunieron en el valle de los Caídos para conmemorar la muerte el dictador que rigió los destinos de España más de 30 años. Mientras siguen existiendo cientos de fosas olvidadas por unos políticos incompetentes y el Papa llega a España a dar lecciones de historia.

Los gastos de este viaje han provocado un amplio debate entre católicos y laicistas. Un debate marcado también por unas declaraciones previas del Papa donde comparaba la situación anticlerical que vivía España con la de los años previos a la Guerra Civil. Creo que estas palabras de Teoodoro León Gross publicada en una de sus columnas en el diario Sur de Málaga resumen muy bien lo ocurrido y la falta de autocrítica que existe en esta sociedad donde lo más fácil es acusar de los males a otro. “…Pero de este Pontífice intelectual, con el reto de orientar la Iglesia del siglo XXI, se esperaba más. Y sin embargo patinó groseramente al comparar la España actual con los años de plomo y sangre en la antesala de la guerra. Sorprende cómo se le caliente la boca a la ultraderecha civil y religiosa sobre la violencia en la República, olvidando que aquel cainismo retrata también a la derecha fascista y que la Iglesia golpista fue parte del sistema totalitario. No parece que estén para dar demasiadas lecciones sobre lo ocurrido en esos años terribles de la historia de España. Desde luego, el Papa pudo pensar mejor la comparación”.


Otra cosa que llama la atención es la crítica feroz de parte de la izquierda a la Iglesia Católica y su benevolencia hacia el Islam, una religión que ha avanzado también muy poco en los derechos por ejemplo de las mujeres. Seamos serios en este asunto y dejemos la demagogia a un lado, pues igual de criticables son la posición de la Iglesia Católica y del Islam.

Las navidades vienen marcadas también con el rescate económico de la Unión Europea a Irlanda y el miedo sobre lo que pueda ocurrir en nuestro país. No obstante, sigo planteando aquí, ¿qué pensarán los más pobres de esta crisis? En estas tenemos la movida del Sáhara. En 1885 los países europeos se repartían el continente africano y parte de Asia. Británicos y franceses fueron los grandes beneficiados de este reparto.


El objetivo fundamental era la obtención de materias primas, lo cual provocó el choque por algunas zonas, entre las que se encontraba el Norte de África. Para dirimir estas disputas se llevaron a cabo diversas conferencias como la realizada en Algeciras en 1906 donde se decidió crear un protectorado hispano-francés en el norte de África. Tras el final de la II Guerra Mundial, soviéticos y americanos, en el contexto de la Guerra Fría, fomentaron el proceso de descolonización. Proceso que por desgracia no estuvo muy bien dirigido y del que también tenemos evidencias recientes con la crisis de las dos Coreas que esperemos no vayan a más. Utilizamos al respecto una cita de Albert Einstein “No sé si habrá tercera guerra mundial, solo sé que la cuarta, si la hay, será con piedras y lanzas”. Las colonias españolas y portuguesas fueron las últimas en acceder a la independencia.

En 1975 España abandona el Sáhara y Marruecos y Mauritania se reparten el territorio. Desde entonces el Sáhara Occidental, liderado por el Frente Polisario, lleva a cabo una campaña de lucha por la independencia. La ONU no reconoce la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara y en 1991 se aprobó la celebración de un referéndum donde el pueblo saharaui decidiera, consulta que todavía no se ha llevado a cabo. Los recientes movimientos en el Ayún han vuelto a sacar a la palestra un conflicto olvidado por todos.

¿Y España? Pues evidentemente los intereses económicos priman por los intereses del pueblo saharaui, así que España ha prometido ayuda pero nunca ha hecho nada por los saharauis. La reciente crisis ha demostrado como Zapatero y su ministra de exteriores, Trinidad Jiménez, han obviado condenar lo ocurrido en el Sáhara así como la detención de varios periodistas españoles. Otras más del desdén europeo hacia los africanos y otra prueba más de cómo el origen del conflicto en dicha zona fue provocado por una acción europea.

A todo lo dicho no podemos olvidar las elecciones catalanas que han supuesto la victoria de CIU y la caída de los partidos que formaban el tripartito. Durante la campaña algunos políticos catalanes han querido introducir a Andalucía en el debate. El candidato por ERC Puigcercós, se refirió a los andaluces acusándoles de no pagar impuestos. Artur Más trató de poner un poco de cordura pidiendo educación en las declaraciones, pero añadiendo “aunque a veces tengan razón”. Ni Puighcercós, ni Mas, ni Carod Rovira ni Laporta van a conseguir cambiar la visión de Cataluña, una tierra abierta y sensible a los problemas de toda España.

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