22 MAYO: ANIVERSARIO DE LA FUGA DEL FUERTE DE SAN CRISTÓBAL.

LA FUGA DE SAN CRISTÓBAL

Hoy 22 de mayo se cumplen 73 años de la fuga del Fuerte de San Cristóbal -22 de mayo de 1938-, una de las mayores fugas de la historia (tanto por el número de participantes como por las sangrientas represalias posteriores).

Sirvan estas escuetas y humildes líneas de este blog a modo de homenaje a todas aquellas personas que estuvieron encarceladas en el Fuerte y que sufrieron infinitas penurias en aquel penal en el que a muchísimos amantes de la libertad se les arrebató vilmente la vida por haber cometido el delito de luchar y defender un gobierno democrático que fue derribado por las armas fascistas.

Por supuesto mi recordatorio y admiración a todos sus familiares, y en general a todas las víctimas del franquismo, que siguen reclamando dignidad y justicia y que a pesar de 33 años de democracia todavía no se les ha otorgado.

Informar que como cada año, la Asociación Txinparta de Antsoain organiza un homenaje a todos los presos y víctimas del penal de San Cristóbal, que se llevará a cabo el próximo domingo día 29 de mayo a las 12, incluyo información extraida de la página de Txinparta:

Como en años anteriores, en el aniversario de la gran fuga de Mayo de 1938,  este año también celebraremos el homenaje a los presos que pasaron por el penal del Fuerte Alfonso XII o Fuerte de San Cristóbal en la cima del monte Ezkaba de Pamplona.

BREVE RESUMEN DE AQUELLA INCREÍBLE Y EMBLEMÁTICA FUGA:

En plena guerra civil española, 795 presos se fugaron de uno de los penales más duros del régimen franquista: el fuerte de San Cristóbal en Pamplona.585 fueron recapturados, 210 fueron asesinados y sólo 3 consiguieron pasar la frontera. La dictadura primero y el pacto de silencio de la transición después quiso que no se conociese esta historia.

La magnitud de la evasión se aprecia por sus números. De los 2.500 presos que aproximadamente había en el penal, 796 se fugaron. De ellos, 207 murieron en la fuga, 585 fueron detenidos -de los que 14 fueron condenados a muerte y fusilados- y tres llegaron a Francia. 

La mayoría de los presos se enteró de la fuga una vez que ya estaba en marcha, después de que una veintena de prisioneros hubiese logrado hacerse con el control del fuerte tras reducir a los guardias del penal y a los 92 soldados de la guardia exterior. 

El plan fue urdido por Leopoldo Pico, quien también se pondría al frente en el momento de su ejecución. A la hora de la comida, con la ayuda de los presos que estaban haciendo servicios, Pico redujo a los guardianes y abrió la puerta de la cárcel vistiendo gorra y abrigo de guardián y con una pistola en la mano. Con el disfraz logró distraer a la tropa que vigilaba el fuerte y que en ese momento estaba en el comedor. Los presos cogieron las armas de los soldados y atacaron el único punto de resistencia, las garitas de vigilancia. En unos minutos, el control del fuerte había cambiado de manos. Los hombres de Pico abrieron las puertas de las galerías e invitaron a salir a los presos.

Casi todos salieron corriendo, pero también muchos regresaron a sus celdas al intuir que la aventura no tenía posibilidades sin ningún apoyo exterior y después de que su única ventaja, la sorpresa, desapareciera casi inmediatamente con la huida de dos centinelas de las garitas de vigilancia. La toma del fuerte se saldó con un muerto, un guardián al que los fugados golpearon cuando estaba dando una alerta que de haber sido efectiva les habría desbaratado todo el plan. 

Por el testimonio de su mujer, Concha Mazo Mendieta, se sabe que estuvo preso tras la “revolución de octubre”. Luego le volvieron a encarcelar durante la guerra. Le encargaron dinamitar un puente entre Vizcaya y Álava, pero los requetés le estaban esperando. Le condenaron en un tribunal de Vitoria por rebelión militar y fue a parar al fuerte de San Cristóbal, una obra militar impresionante construida durante el reinado de Alfonso XII para defender Pamplona. Se comenzó a usar como presidio en 1934 y de forma intensiva a partir del 36. 
Los 2.500 presos que había allí el 22 de mayo de 1938 soportaban unas condiciones de hacinamiento, malnutrición y malos tratos diversos. 796 decidieron jugarse la vida y la libertad a cara y cruz. Quizá muchos sintieron lo mismo que Leopoldo Cámara que, cuando atravesó la puerta principal del fuerte el 22 de mayo de 1938, gritó con toda su alma “¡Viva la libertad!”. Dice que nunca lo podrá olvidar porque fue “el momento más feliz de mi vida”.

Fuente del texto sobre la fuga: kaosenlared.net
Acerca de la fuga del fuerte de San Cristobal, se recomienda el siguiente libro y documental:
Libro: Fuerte de San Cristobal, 1938 - Felix Sierra e Iñaki Alforja
Documental: Ezkaba, la gran fuga de las cárceles franquistas - Iñaki Alforja
Se puede ver el documental íntegro pinchando sobre este link:
http://video.google.es/videoplay?docid=-2447554287394213892#

1 comentario:

Anónimo dijo...

Curiosa la historia.