15 M Y SINDICATOS. ¡VAYA JARDÍN EN EL QUE ME VOY A METER! ANTONIO CABELLO

15 M Y SINDICATOS
Ya sé que esta entrada no va a ser muy popular en el entorno del movimiento 15M del cual me siento parte, así que lo hago con conocimiento de causa y con la sola intención de aportar mi punto de vista, que nadie quiera ver más allá. En los primeros años de la transición los sindicatos celebraban el 1 de mayo por separado.

En Málaga se convocaban tres o cuatro manifestaciones ante la perplejidad de los trabajadores. Por aquélla época, unos pocos jóvenes perroflautas salimos a la calle un primero de mayo con carteles en pecho y espalda -ni había ni se las esperaba a las redes sociales- con frases como "Si nos unen los mismos problemas y los mismos intereses ¿quién nos separa?" o "El pueblo unido jamás será vencido" o "Por la unidad entre los sindicatos" y nos fuimos en busca de las cabeceras de las manifestaciones para quedarnos en silencio viendo como pasaban por delante nuestra y leían nuestros mensajes. Hoy quiero hacer algo parecido.

Hay posturas muy viscerales en contra de los sindicatos españoles -curiosamente sí se resalta el sindicalismo en otros países, como el griego, por ejemplo- y, desgraciadamente, HAY razones para la indignación porque los sindicatos han perdido el norte de su verdadera razón de ser y andan nadando entre dos aguas muy peligrosas. Luchas competitivas entre ellos, prebendas, banderitas y poca radicalidad ante los ataques que los trabajadores venimos sufriendo de un tiempo a esta parte; a todo eso le unimos la mala experiencia que algunos pueden tener de ineptos y trepas que utilizan su posición para beneficio propio y ya tenemos el cabreo servido y justificado. No ahorraré en las críticas razonadas y veraces que se puedan hacer a los sindicatos, sobre todo a los mayoritarios, aunque a diferencia de algunos, lo haré desde el dolor.

Dentro del movimiento 15M hay diferentes sensibilidades y afirmamos respetarlas todas; hay también actitudes intolerantes con las cuales se hace muy difícil la discrepancia razonada y enriquecedora. No obstante, me atrevo a poner encima de la mesa este tema para romper una lanza en favor de los sindicatos.

No podemos permitirnos el lujo de desprestigiar y barrer al movimiento sindical que es el único que, en cada puesto de trabajo, puede defender a los asalariados frente a la prioridad del beneficio, por encima de las personas, a los que tan fácilmente se atienen los empresarios mediocres; y en este país hay muchos. Imagino la sonrisa que no le cabe en la boca de la patronal cuando asiste a la división entre los trabajadores, nada mejor para sus intereses: unos asalariados divididos y, por tanto, debilitados.

Si tenemos derechos laborales que ahora nos quieren quitar, es porque hubo sindicatos y lucha obrera que pelearon por esos derechos. Ahora, para defenderlos, necesitamos a los sindicatos, o esperáis que las empresas reciban a una delegación del 15M. No podemos ser tan ilusos de pensar que no necesitamos ni a los partidos ni a los sindicatos.

Lo que sí necesitamos y debemos de exigir son unos partidos y unos sindicatos absolutamente renovados y que cumplan su función con coherencia en el lugar que les corresponden dentro de la democracia real. Aquéllos, la representación de los ciudadanos haciéndose eco de sus exigencias y éstos, la representación de los trabajadores y la defensa de sus derechos sin más.

Me niego a participar en las campañas que desde antes de la huelga general se vienen sucediendo en todos los medios y que a tanta gente ha seducido. Tirar piedras contra los sindicatos es tirar piedras contra nosotros mismos, es ponérselo muy fácil al capital y debilitarnos hasta la ineficacia. No voy a justificar ninguna de las barbaridades conocidas o por conocer que puedan perpetrar los sindicatos. Sólo digo que todas esas barbaridades nos han de llevar a la renovación, no a la destrucción.

No nos vamos a unir a ellos, de acuerdo, ellos son los que tienen que reflexionar y unirse al movimiento 15M, sin condiciones, sin protagonismos, sin banderas ni beneficios interesados; sé que muchos sindicalistas están participando de la indignación tomando las calles y esos serán los que consigan el cambio desde dentro, se lo tenemos que poner fácil desde fuera, con críticas pero con la mano extendida, porque si los rechazamos visceralmente, estamos rechazando a una parte medular del movimiento de indignaos 15M.

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