EL PREGÓN DE FERIAS EN GUADALAJARA. ANTONIO DE MIGUEL ANTÓN

LA FERIA DE GUADALAJARA
Este Otoño promete ser calentito. Los políticos nos hablaran de sus pócimas mágicas para crear empleo, para ser más austeros, para tener una democracia más participativa, para darnos estado de bienestar y para tantas otras cosas. Pero los cuerpos no están para bromas y los megáfonos comienzan a cargar baterías. La incertidumbre, el desasosiego, el miedo y la ofuscación acompañarán a la caída de la hoja este año.

Comeremos miedo este Otoño, leí por ahí. En Guadalajara, el día del pregón de ferias ya comenzaron a catarlo. Es triste, muy triste. Todos deberíamos reflexionar sobre lo ocurrido.

Los sindicatos politizan sus reclamaciones y viven en simbiosis con el afiliado interino, que le permite alimentar y sostener este modelo de sindicalismo trasnochado, caduco e interesado en proyectos de poder y en servilismo político. Los interinos a su vez obtienen esa repercusión mediática y ese apoyo que no tendrían del resto de la profesión.

Y el resto de profesores no apoyamos esta demanda, porque sabemos y conocemos lo que ocurre en nuestros Colegios e Institutos. Y aunque sea muy legítimo reclamar la renovación de un puesto de trabajo, más legítimo es no concederla porque detrás hay un trasfondo político y sobre todo hay una necesidad imperiosa de austeridad, de no malgastar y de obtener el máximo rendimiento y productividad en los puestos de trabajo de la administración educativa.

Pretendéis hacernos creer que lucháis por la calidad de la Enseñanza, pero lo hacéis por vuestros intereses personales, ideológicos y partidistas. Así no se lucha por romper con el sistema rígido y encorsetado del actual sistema educativo. Hace falta más cariño y dejar de lado los intereses egoístamente personales que os visten.

Los dirigentes políticos de Guadalajara tienen miedo y han hecho un llamamiento público a la tranquilidad y a la normalidad para que no haya más incidentes en las fiestas. Yo, os pido a vosotros, si a la clase política, que prediquéis con el ejemplo y que guardéis vuestras manitas, vuestros deditos y vuestras falsas promesas en vuestros bolsillos.

Y por supuesto, os pido también, que empecéis a construir una democracia en la que participación y deliberación sean los grandes pilares. De esta manera dejaremos de vivir en el miedo y podremos disfrutar de unas fiestas y ferias tranquilas.





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