DEMOCRACIA 4.0

Democracia 4.0 se presentó el pasado 26 de octubre en Sevilla, como una alternativa más participativa, de nuestra actual democracia troglodita. Y quien dude de esta afirmación, que lea la definición de "democracia" y termine de leer esta redacción.

D 4.0 no es perfecto si no sustituye por completo en su aplicación al actual sistema de votación. Pero aún empleando sólo los votos favorables o contrarios a una propuesta, sigue siendo mejor que el sistema representativo actual, ya que parte de datos reales. Y es aquí donde el desconocimiento del actual sistema por parte de muchas personas, está generando críticas negativas sin fundamento. Ignorancia que puede deberse a un auténtico analfabetismo democrático o a un malicioso interés.

Si D 4.0 tiene algún punto débil, es que no puede ser presentado sin explicar e intentar corregir a la vez el fraude subyacente de nuestra democracia representativa. Es decir, no se puede comparar un voto directo y real con otro "supuesto adjudicado a un partido", ya que el sistema electoral está viciado en varios puntos:

1º. La desproporcionalidad que se da cuando a determinadas circunscripciones les corresponde sobrerrepresentación de escaños por territorialidad. Se sabe que la proporcionalidad se refleja mejor cuando la distribución de escaños entre las circunscripciones se efectúa en función de la población y no en razón de criterios territoriales.

A pesar de ello, se opta por la distribución por unidad provincial (aunque no existe ninguna vinculación entre los diputados elegidos en cada provincia y los votantes de la provincia durante el mandato), en lugar de la circunscripción única, donde el electorado de todo el territorio estatal es considerado como única circunscripción electoral, (Israel y Holanda tienen circunscripción única, al igual que la mayoría de los países en las elecciones al Parlamento Europeo).

2º. La aplicación del Cociente de D’Hondt, que inutiliza cientos de miles de votos. En lugar de aplicar el Cociente Hare (por ejemplo), cuyo efecto habitualmente es menos favorable a los partidos mayores ya que provoca que haya menos candidatos elegidos por cociente que escaños disponibles. Por lo que los escaños sobrantes se suelen repartir por un sistema como el método del resto mayor.

3º. La aplicación del rango de exclusión del 3%. Mínimo porcentaje de votos de una lista en una circunscripción para poder optar a representación.

4º. Y por supuesto la abstención. Los escaños se establecen a partir de votos emitidos y considerados en el sistema D’Hondt, ignorando los millones de no votantes. Por cierto que atendiendo a este criterio, un diputado no podría abstenerse o debería ceder su escaño a los “diputados votantes”.

Tras esta argumentación muchas de las dudas expresadas con D 4.0 se redirigen hacia nuestro actual sistema. Es más, habría que preguntarse, ¿cuántos ciudadanos/as son tenidos finalmente en cuenta por el sistema representativo para designar representantes? ¿Cuántos son ignorados? Pero muchas personas desconocen esta situación e intentan establecer una paridad imposible.

D 4.0 es perfecto si se aplica en su totalidad (incluyendo la abstención de ciudadanos como representación en el recuento). Y cabe recalcar que es la antítesis de la representación. Por lo que es la interacción con el actual corrupto sistema representativo lo que arroja duplicidades, desviaciones e incertidumbres en su aplicación.

Nuestro reconocimiento al esfuerzo desinteresado realizado por ciudadanos y ciudadanas, para sacar adelante una iniciativa que acercará la participación de la sociedad a la definición de democracia.

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