CARTA AL SEÑOR PRESIDENTE D. MARIANO RAJOY. ANTONIO DE MIGUEL ANTÓN

CARTA AL SEÑOR PRESIDENTE D. MARIANO RAJOY
Señor Presidente D. Mariano Rajoy, señores Ministros, señores Diputados, políticos en general y en particular: como español, quiero expresarles mi más absoluto rechazo al deterioro que nos están sometiendo como sociedad, como nación. No logro entender como son capaces de aplaudir unas decisiones,  que empiezan a enfrentar a los españoles entre sí (véase policías de paisano y bomberos enfrentados en el dia de hoy con antidisturbios, en la puerta del congreso),  que  se ha transformado en violencia y que probablemente, adquiera en breve- esta situación- la condición de inevitable e irreversible. Sinceramente, o son ustedes unos inconscientes irresponsables o unos absolutos egoístas, cuyo único sentido de país que tienen es, su propio interés.


¿No se da cuenta Señor Presidente de la realidad de España? ¿No sale a la calle? ¿No ve que estamos enfadados e incómodos con la clase política y con este modelo  que ha destruido el alma de los cimientos de España? ¿No entiende que estamos dispuestos a adelgazar, pero que usted debe poner a dieta también el modelo partitocrático y  la estructura del estado?

Puede usted ignorar la realidad, pero las consecuencias de ignorarlas, serán irreparables. Y no lo digo por las urnas, que al fin y al cabo, eso me importa en su justa medida; sino porque están ustedes haciendo que numerosas familias lloren de pena, de sacrifico,  de tristeza, de impotencia, de rabia, de miedo y de pobreza. Mientras tanto, ustedes;  entre aplausos, risas,  eufemismo, murmullos y enfrentamientos dialecticos, ideológicos, políticos y  filosóficos. ¡Que poco nos representan! ¡Cómo puede haber degenerado tanto la democracia! ¡Cuánto distanciamiento!

Permítame decirle, para terminar, Señor Presidente, que no nos vamos a estar quietos y que a pesar de que han blindado su sistema, les vamos a hacer frente con nuestras armas, que deberían ser las suyas: libertad,  dialogo, escucha, justicia y  política; hecha de una forma honrada, eficaz y digna. Ya estamos cansados de tanta soberbia, vanidad y arrogancia.

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