EL DESPERTAR SOCIAL. JUAN MANUEL LEIVA CARO


EL DESPERTAR SOCIAL

Después de leer este artículo http://elpais.com/elpais/2013/03/11/opinion/1363002547_693103.html,  no puedo por menos que constatar los desesperadamente lento que va este despertar social. El problema de nuestros informadores honestos, a parte de las trabas que le ponen sus medios, es qué se van dando cuenta, pero tarde, de cuál es la situación. Y las revelaciones son así, tenemos el problema delante de nuestras narices todos los días, pero solo  un buen día se  hace la luz, y lo vemos. Y como bien le ha sido “revelado “a nuestra autora, nuestro problema no es que nos hayamos endeudado por encima de nuestras posibilidades, etc., sino que tenemos una plasta de chorizos en la cúpula del poder que nos agobian con tanto atraco y despilfarro. Y eso efectivamente ahora indigna a la gente. Antes no, pero ahora sí. Porque ahora es cuando estamos pasando mal. Un planteamiento bastante demencial y poco previsor, porque los chorizos lo son siempre, tanto en épocas de vacas gordas como en épocas de flacas. Y ese es otro problema de nuestra sociedad, toleramos  a los chorizos de turno mientras nos vaya bien a cada uno.


La segunda revelación sería descubrir que también  tenemos a otro nutrido grupo  de chorizos, gente empresarios, que normalmente no salen en las noticias pero que participan  en este atraco nacional en estrecha colaboración con nuestros  políticos. Es el tándem, político-empresario

Os pongo un ejemplo: Imaginemos que un padre de familia que administra nuestro dinero, con malas artes se queda una cantidad de ese dinero, como un  0'1 % de nuestra producción (dato aproximado respecto al PIB). Mientras todo va bien, no hay problema, incluso mucha  gente ve normal que se aproveche de su situación privilegiada para meter mano a la caja. Luego, nos damos cuenta, 'segunda revelación', que para obtener ese dinero, han tenido que hacer concesiones a otros, empresarios, por obras etc.  que han inflado sus facturas o se han hecho obras, o trabajos innecesarios, o poco justificados, dando lugar a un despilfarro generalizado. Si bien, esa actividad ha formado parte integral de la economía donde todos nos hemos beneficiado, se han creado puestos de trabajo, etc., sin embargo, esa carga añadida de corrupción, osea para que nos puedan robar nuestros políticos un 0´1 por cien,  nos ha supuesto un robo general empresarios-políticos a nuestra economía de un 1%   de nuestros PIB. Pero como todo trabajo necesita de sus correspondientes financiaciones, hay que pasar por compincharse con  el sistema financiero, de modo que ahora el  tándem, 'político-empresario-sistema financiero', nos birla el  40 % de nuestro PIB (aumento de la deuda pública sin crecimiento en los últimos tiempos).

Y este es el punto clave del asunto, pues ese 40 % es el que está hundiendo nuestra economía, no el 1'1 % del tándem político-empresario, esto aún seria asumible  por nuestra economía, pero no el tándem 'político-empresario-sistema financiero'. Esto ya es demasiado, y por tanto, es donde tienen que ver la 'luz de la revelación' nuestros divulgadores periodísticos. 

Ese padre de familia, como todo padre, cuando va a defender nuestros intereses frente al banquero,  lucha y se resiste todo lo que puede a las condiciones abusivas que nos pretende imponer, es decir, que aunque no tenga más remedio que aceptar ciertas condiciones  por la fuerza superior de los mercados financieros, él planteará batalla  y nos defenderá todo lo que pueda, peleando cada clausula y debatiendo cada condición abusiva. Pues eso no es así. Nuestro padre está perfectamente compinchado con el banquero para hacernos creer que nos defiende, en realidad está colaborando con el banquero para que éste nos pueda robar cómodamente, dejándonos de ese modo en la más absoluta indefensión. Máxima indefensión es no tomar parte activa porque creemos somos defendidos.

Nuestra familia, aunque dolidos y cabreados con el sistema financiero, acepta las cargas financieras de este tipo, son esas las reglas del juego, y por tanto todos hacemos piña con nuestro padre, que “vemos” se ha dejado la piel en la batalla. Esa es la percepción en que se encuentra nuestra sociedad y nuestros periodistas y clase intelectual, pero si  descubriésemos, tuviésemos 'la revelación', de que nuestro padre es un empleado del banquero, que nos hace creer que nos defiende, para generar de ese modo nuestra máxima indefensión. ¿Cómo creéis que actuaría  la sociedad? Esa es la 'tercera revelación'  social que nos queda todavía por 'ver' para salir de esta situación.   

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