CIENCIAS Y LETRAS. JUANA GODOY AGUILERA

...Pues yo soy de Ciencias y de Letras.


En el año 1980 yo era, entre otras cosas, alumna del Instituto De Bachillerato Vicente Espinel, denominado Gaona (por estar en esta calle) de la ciudad de Málaga. Realizaba por entonces el Curso de Orientación Universitaria (COU) de Ciencias Puras. En febrero ya había decidido abandonar la asignatura de Física a la que el señor Vizcaíno le daba un valor añadido (no en vano este profesor presumía de que el tribunal de selectividad le felicitaba todos los años porque las niñas de Gaona eran las mejor preparadas en la asignatura de Física).

La decisión de abandono de la asignatura, en lugar de convertirse en un hándicap en mi trayectoria académica, se convirtió en un punto de inflexión en mi trayectoria vital. Gracias a esta circunstancia, tomé la decisión de trabajar, por la mañana, en la consulta del doctor en pediatría don Juan Flores Fernández y matricularme en el COU de Letras, en el Instituto de Bachillerato Nuestra Señora de la Victoria, denominado Martiricos (por estar en esta zona) de la misma ciudad.

Y fue en ese año 1981 cuando abrí los ojos a la creación. Disfruté, como profesor de Literatura de don Antonio Garrido Moraga (la capa española mejor llevada) y tuve el honor de ser evaluada, con un notable en la asignatura de Filosofía, por don Antonio Blanco que, ese mismo año, escribió un artículo en el diario Sur llamando a su alumnado: párvulos de COU. Y fue allí donde compartí aula con doña Remedios Cervantes y con don Ángel Escalera y donde compartí escenario con doña Nuria González. Y donde conocí al padre de mi hija Irene y de mi hijo Ángel...

También allí recibí clases de Historia del Arte que han procurado de mí, ser lo que ahora soy: una persona que pone empeño en ser feliz. Y, a fe cierta, lo estoy consiguiendo...

Pero, con diferencia, mis mejores profes de instituto han sido mis compañeras y compañeros en la tarea educadora. Inicio la nómina con don Juan Francisco García Aranda, que me enseñó a escuchar las letras de las canciones de Serrat. Y sigo con doña Rut Jiménez, que me enseñó a amar la ópera. Y con don Rafael López Castilla, que me aprende un trozo de firmamento cada vez que nos comunicamos. Y con doña Concha Hidalgo y sus lecciones de saber estar y acompañar en los momentos críticos. Y con doña Inmaculada García Ávila, que me da lecciones de ternura mientras me explica los principios de la Física (mi asignatura pendiente) Y con doña María José García Marqués, que me da lecciones de cómo afirmar los pies en la Tierra. Y con doña Conchi Navarro y Raquel de Lengua, prácticamente perfectas en todo. Y con don Juan Carlos Jiménez Laguna y don Miguel Ángel Cañedo con los que llevo a la práctica los postulados de la movilidad sostenible. Y con doña Francisca Arenzana que, con su entrega al prójimo, me adoctrina y me hace feliz cada día demostrándome que las palabrotas se pueden utilizar para provocar la carcajada cuando se las despoja de toda ofensa. Mi reconocimiento a todas las personas nombradas... Y a las omitidas sólo por cuestión de espacio, también.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Inma Garcia es ahora mi profesora. ES LO MEJOR QUE ME HA PASADO EN LA VIDA, como era en tu clase?