ENTREVISTA ROSA MARÍA ARTAL

ROSA ARTAL
Licenciada en Ciencias de la Información en la Universidad Complutense. Ha trabajdo en diferentes medios de prensa escrita, radio y televisión. No obstante, buena parte de su carrera la ha desarrollado en Informe Semanal. Entre sus diversas publicaciones, el año 2011 publicó junto a otros periodistas un manifiesto titulado "Reacciona".


Año tras año se incrementan  el número de guerras, crímenes contra la humanidad…  ¿Crees que hay esperanza?
La esperanza es un término moral, volitivo, lo que hay son razones objetivas para pensar que el 99% de la población sojuzgado por el 1% tiene la capacidad suficiente para terminar con todos los atropellos. Pura matemática. Ahora bien, la sociedad tiene que saber identificar a sus auténticos enemigos que en la raíz del problema pasan por los elementos que la desactivan como tal sociedad, como un grupo que convive buscando el bien común. Es decir, educados en el miedo y la sumisión (particularmente en España debido a nuestra desgraciada historia, a la terrible herencia del franquismo), y continuamente “distraídos” –de lo esencial- por los medios de… entretenimiento –en distintos grados esto se da en todo el mundo-, un sector notable de la sociedad no es ni siquiera consciente de sus males… ni de sus soluciones reales.

A lo largo de su carrera como periodista, ¿con qué se queda?
El periodismo ha llenado y llena mi vida. Personalmente permite una información privilegiada, de primera manera, y ser testigo de la Historia: de la que cambia el mundo en grandes hitos (como me sucedió a mí al asistir a la caída del Muro de Berlín) pero también a la que la sustenta y modifica en los hechos cotidianos. Eso es algo que apenas se cata sentando ante un ordenador, la información más reconfortante y más útil a la sociedad es la que se obtiene, eso, de primera mano, presencialmente. O la que, por cualquier medio, descubre aspectos que habían pasado inadvertidos: la que crea noticias.

¿Cuál es el recuerdo más positivo?
 El “recuerdo” a veces es el de cada día: buscar y comunicar elementos fundamentales de juicio para que la sociedad esté informada y puede decidir con criterio. Eso es el periodismo. Por ejemplo, todo lo que hoy nos está sucediendo en el terreno económico, político, social y ético. Los datos de una burbuja especulativa de la deuda ahora mismo, de una crisis que provocaron los poderes financieros y que se está saldando con mayores beneficios para ellos a costa de mermar las condiciones de vida y los derechos del conjunto de la población. La ruina intelectual y ética de buena parte de la política que nos dirige y que no sabe o no quiere poner freno a tanto desatino.
Históricamente, con la caída del Muro de Berlín, es decir, con el derrumbe de uno de los bloques que se venían conteniendo el uno al otro. La bancarrota del comunismo soviético cayó por su peso, por sus errores, pero lo peor para nosotros, a este lado, fue que dejó vía libre al neoliberalismo para campar a sus anchas, y es lo que hoy pagamos. Pero también es un recuerdo maravilloso la inmensa cantidad de personas anónimas, lugares grandes y pequeños, condiciones de vida, anhelos, que he podido vivir a lo largo, sí, de una dilatada carrera periodística.

¿Y el más negativo?
Quizás la sensación de frustración por ver que a pesar de todos los esfuerzos una parte de la sociedad sigue en Babia, dejándose manejar.

Ha habido reacción desde la publicación de Reacciona
Hombre, un mes justo después, irrumpió el 15M. Se debió a múltiples circunstancias, a un profundo hartazgo, pero Reacciona contribuyó a informar veraz y sustancialmente a la sociedad. Espero que su “evolución”, Actúa, que salió a la calle el 12 de Abril como respuesta a los drásticos cambios operados en el último año en nuestra sociedad –deuda especulativa, sustitución paulatina de la democracia por la tecnocracia, triunfo arrollador del PP en España o, también, el resurgimiento de una conciencia social- aporte aún más datos para que cada persona sepa por qué debe “actuar” o no hacerlo. Datos para el criterio, vamos.

¿Dónde quedó el 15M? ¿Una bonita esperanza?
Precisamente en mi capítulo de Actúa –“Una sociedad en la cazuela”- hablo de eso. Quien no mueve un dedo por los demás, ni bien mirado por sí mismo, debe olvidar que “otros” tienen obligación de actuar por ellos donde ellos no lo hacen.  Si el 15M está muerto o vivo, si hace o no hace, por ejemplo, deducir que entre su labor no figura el uso de grúas para levantar a tibios, mansos y pasivos.  El 15M y muchas otras personas lo que sí han logrado ha sido tener una visión de los problemas bastante ajustada a la realidad. Eso ganan. Hay que seguir apelando, sin embargo, a los que no han tomado consciencia de su compromiso con el presente y el futuro, de su país, del bien común, de su propio valor como seres humanos.
“Quienes pueden hacer que creas en absurdos pueden hacer que cometas atrocidades”, avisaba Voltaire desde la Francia de los cambios históricos. El peor de los errores, hoy, es constituirse en un vegetal, cómplice necesario de esta regresión insostenible. De eso sí hay muchos culpables, no de la crisis especulativa cuya autoría compete a otros.

¿A qué crees que se debe el elevado porcentaje de abstención en las diferentes elecciones de la sociedad española? ¿Apatía, indiferencia o ignorancia?
Esta ley electoral que favorece el bipartidismo y pone dificultades a las nuevas formaciones, disuade bastante de ir a votar para que no cambie “casi” nada. “Casi” porque la mayoría aplastante del PP en todos los estamentos de poder ya ha evidenciado que algunas cosas sí “cambian” –involucionan en este caso- según quien mande. Es preciso adaptarla a un siglo XXI donde la sociedad está mucho mejor comunicada y puede intervenir en las decisiones. Y regenerar la política tradicional. Entre otras cosas porque si viéramos resultados por el bien común, muchos se apuntarían a esa tarea ilusionante.

Especialmente elevado es el porcentaje de jóvenes que se abstienen de ir a votar
Por lo mismo, y más aún. Utilizan la comunicación directa y el aparato montado con política y medios “no les representa”, dicen. Además casi la mitad está en paro, sin futuro, ¿Cómo van a confiar en unos resultados que no solucionan nada y que cada día que pasa empeoran? Grave responsabilidad de los políticos en este estado de cosas.

¿Qué consejo le daría a los jóvenes?
Uf… que se informen, que luchen, que no se rindan, que se unan, que negocien y busquen criterios comunes en la diversidad, que sepan que cada período de la Historia pone unas trabas u otras a quienes empiezan… y que hasta ahora salimos adelante. No en la Edad Media que tardaron 10 siglos y eso no hay cuerpo que lo aguante. Lo peor es que ahora estamos en un neofeudalismo y como no aceleren los tiempos lo tienen muy crudo.

¿Cuál es el panorama actual de los medios de comunicación? Parece que el intento de objetividad ha desaparecido de muchos de estos medios
El objetivo parece ser hoy entretener para vender. Se ha “alterado” por esta causa el viejo lema de los medios “informar, formar y entretener”. Y con “vender” me refiero un producto… o un sistema de vida. Grandes emporios que buscan la rentabilidad y el mantenimiento del status, con notables excepciones y matices, desde luego. Espero que eldiario.com el nuevo periódico digital de Ignacio Escolar esté mucho más al servicio de la sociedad, como lo están también numerosos medios y profesionales en Internet.

Habla usted en alguna ocasión de rebelión pacífica, ¿es viable hoy día? ¿Cómo?
Creo que nunca he utilizado esa expresión. Quizás porque asusta a los recuperables que siguen muertos de miedo o de apatía. Tampoco me gusta personalmente el concepto “rebelión”. Prefiero… información, recuperación del raciocinio que relaciona los datos y, a la vista de ellos, actuar en consecuencia. Sin perder de vista la autoestima que exige dignidad.

 En el nuevo libro, como hice en el mío propio La energía liberada también, insisto en ideas como éstas: Juntos, muchos, insistentemente, informados, aventando reflexiones inducidas y usando el cerebro, el corazón y la dignidad, superando la depresión, la abulia y el miedo que nos adormecen y debilitan, tomando una posición activa,  con las armas de la razón y de la no violencia, podemos lograr un mundo más justo para todos. Somos el 99% de la población. Comprométete contigo y con los demás. Si, pese a todo, no has reaccionado, despierta. Si ya lo has hecho, actúa. Más. Con eficacia.


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